∀ “El Cid” Rodrigo Diaz de Vivar
Nada, solamente un conjunto de nuevas palabras, un acervo de curiosidades, un acuerdo entre poetas, el ágape de anónimos, un afaníptero agobiado, y a esto vamos: ¿quien podrá componer un poema, un poema con estas palabritas?
Acervo – (un conjunto de bienes morales, culturales o materiales de una colectividad de personas) tomado del latín, acervus, que significa “montón”
Acordar – poner de acuerdo, volver a uno en su juicio (comparar con el verbo “recordar” que significa, etimológicamente, volver en sí… o sea más poético, ¿no?)
Cicerone – (donado por una amiga italiana mía, Beatrice) “guía”
Adalid – “guía,” del árabe dalil, del vocal dall, que significa ensenar el camino (por otra parte, darb significa “camino de montaña”)
Afable – del latín affabilis, “a quien se puede hablar”
Afaníptero – compuesto del griego aphanes (invisible) y pterón (ala) … vale decir, se da como nombre a los incestos sin alas
Agá – un señor, un caballero, tomado del turco aga
Ágape – del griego y latín, “amor”
Agobiar – del antiguo agobiar, “abrumar la cabeza con el peso”
guarda espacio para la segunda edicion de los libros de gp!!
obvio! saco los libros de tapa blanda y agrego las buenas que llegan de vos 😉
Mañanas de fuego, verano ardiente,
Los días de julio queman mi ciudad
Ciudad de mis sueños, canciones, mi gente,
Estoy finalmente aquí, de verdad.
Ciudad del pecado, ciudad de los santos,
Has visto el acervo de santos que hay por aquí?
Iglesias, mar, alegrías y llantos,
Mi lugar, porque acá otra vez yo nací.
Mi casa es el mundo por este verano
Un mundo pequeño y grande también
Mi vida de antes, no se, nì me acuerdo,
Mi mundo de camas, lo amo, amén.
Mi cama, tu cama, encima, debajo,
Dos camas, dos nombres, no hay otros igual
Encima la tuya, afable, sonries,
Y yo por debajo, te hablo, es normal.
Balcón, escaleras, es nuestro, el mundo
No importa mañana que día será
Adalid sin verguenza, de placer, de palabras,
Es tu boca ardiente, hermosisimo agà.
Te fuiste, y mi mundo, esta fría ciudad,
Se quedó agobiado y vacío sin ti
Palabras y letras nos dimos de entonces
En sus calles y playas cada día te vi.
Seis mil novecientos y cuarenta y siete
Son tantos, son pocos, quien sabe decir?
Ágape, distancia, enemigos eternos,
No hay nada que hacer, solamente escribir.
Afaníptero triste, un angel sin alas,
Se queda en tu cama de sobre de mi,
Me voy yo tambien, y me voy en diez días
Quizas, nuestro mundo si se acuerda de ti.
Me hiciste un poema, historias y cuentos,
Quizas, mis palabras si pueden fluir,
No soy un poeta, mi lengua no es buena,
Tal vez mi poema te hará sonreir.
lo hizo, me hizo sonreir–
gracias por compartir:
un amanecer ardiente, fuerte
a un atardecer frio . . .
me hace acordar a las chacareras distantes, sus ruidos voceros, y almas redondas
un canto, ciertamente, escribiste: coqueta dama, con gracia y gracias
finalmente: muchas gracias, nuevamente, por compartir