Esta semana se destaca por la visita de los poetas del Proyecto de literatura puertorriqueña, además de las lecturas asignadas. Al parecer no habría una conexión entre ellos, pero, si pienso en las propuesta de las críticas, si veo una conexión. Por ejemplo, pensando en Lorde (conectar los sentimientos con el trabajo) veo que PLPR empezó como un “labor of love” entre poetas que ya archivaban los textos de colegas y poetas desconocidos y luego terminó siendo un proyecto becado por Mellon. Pensando en Lugones, asimismo, en cuando su concepto de una “imaginación hibrida”, se entiende la decisión de archivar cualquier texto autodefinido como texto (sea oral, histórico, clásico, olvidado) para así crear un canon digital que refleja la diversidad de poemas puertorriqueñas, no una versión “pura” sin la yema. Pensando en Ahmed, quien pasó más que unas páginas describiendo una killjoy, pienso en el personaje de Claire Jiménez en el primer cuento de Staten Island Stories, una profesora adjunct que se la pasa criticando a los demás neoyorquinos que por lo general se dejan abusar, pero ella no; pese a que termina siendo una pesada (graciosa), incluso hacia ella misma.
En Olou, se describió, pacientemente, una serie de conversaciones entre la autora y sus colegas/amigos de otras razas, interpolado por reflexiones en forma de ensayo. Recordó a lo que decía la poeta Ana Castillo, que para ella toda su experiencia proviene de su piel y que para ella no se puede separar la raza del acto de creación. En cambio, el ensayo que un poco toma un paso lateral hacia lo que llama “single-axis thinking”, de Cho et al., define lo que significa, lo que es y cómo se podría utilizar un estudio interdisciplinario—yo lo relacionaría con las decisiones que toman los archivistas para considerar todo tipo de poema, no solamente las que tratan un tema; pero también lo relaciono con lo que Ana Portnoy hizo con su poema sobre la fresa: leyó el mismo poema dos veces, una vez en español y otra en inglés (ya esto es una forma de “colaborar” entre “alfabetizaciones” como recomienda el ensayo) y también intercaló reflexiones sobre la agricultura, el manejo del tiempo, la identidad, el poder determinar quién dice qué cosa es de qué lugar . . . y varios otros temas interdisciplinarios.
Como último dato para esta reflexión, me gustaría constar lo que más me impresionó (literal) de las lecturas esta semana: la visión de Lugones sobre las personas trasparentes o densas en relación con el grupo. Lugones, en analizar por qué unos se consideran puros por la sociedad, mientas otros se ven como impuros, ella utiliza esta diferencia de trasparente o densa. Si las necesidades de uno son iguales a las del grupo, ese individuo es alguien trasparente. Todo lo que hace se “entiende”. Pero cuando las necesidades de uno son desiguales a las del grupo, ese individuo es denso. Todo lo que hace se ve “oscuro”. Sobre mi papel, al leer esto, dibuje un círculo estilo yin yang sin los puntos y dos círculos enormes que comparten el yin yang. En el círculo de la derecho todos ven el lado de yang (blanco) y comparten su lado blanco, pero en el círculo de la izquierda todos ven el lado yin (negro) pero le muestran el lado blanco. Es decir, por fin visualicé cómo uno puede pertenecer a dos mundos, pero sentirse más a casa en uno. Es que muestra (o gente ve) que comparten el mismo lado.
Ojo que Lugones dice que pensar en yin yangs sin puntos es pensar en dualidades. “Mexicanamerican”. Que no existe. En realidad somos yin yangs con puntos. O todo mezclado.