∀ (Imagine: Bueyes del sol)
Quiero compartir esta próxima fase de mi aprendizaje con usted: una serie de ejercicios sobre la etimología castellana. Viene, en gran parte, o mejor dicho por una parte, a través de un libro llamado Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, compuesta por Joan Corominas – un regalo de graduación de mis abuelos – y por otra parte, de un deber a la lengua paterna. Inspirado por lo que uno lee en el Diccionario sobre el artículo “ablución” (del latino ablutio, derivado de abluere: “sacar algo lavando”), necesito yo lavar mi castellano. Será un puñado de realizaciones, una lista de palabras destacadas, y quizá un poema o cuentito, como para variar las conclusiones de estos posts.
Se empieza.
Semántica vs fonética. Aunque los dos brindan la oportunidad de armar familias o agrupaciones de palabras, es más favorable poner en línea las ramas de distintos vocales por su significado, y no tanto por su sonido. Esto me chocó, ya que, cuando compongo versos, siempre me fijo primero (y a veces solamente) en lo fonético—es decir, al resbalar de una palabra a la otra, busco rimas, asonancia, armonías sónicas, etc. En cambio, Corominas señala que, aunque lo último es útil, es mejor conectar los significados de palabras (ya que dos palabras pueden sonar similar, pero tener cero relación etimológica; contrariamente, dos palabras pueden tener poca similitud sónica, pero por razones probadas ya por siglos de historiadores, se encuentran relacionadas). Ejemplo de la semántica y la fonética trabajando juntos: “secundario” y “segundo”, “primogénito” y “primero”. Ejemplo de una relación semántica pero no fonética: Envidiar (mirar con malos ojos) y enzarzar (atrapar, enredar), donde el significado compartido es: comprometer a otra persona. Ejemplo de sonidos similares, pero poco más, el “ce” y el “che.” Lo que significa esto para el poeta es que, al componer, se puede utilizar la semántica para crear armonías literarias fuera de las oídas, dentro de lo pensado.
Onomatopeya vs creación expresiva. El primo, “cacarear” y “un gago.” El ultimo, “niño” y “fanfarrón.”
Palabras destacadas. Parquedad (escasez de algo), Fárfara (membrana blanda que tienen los huevos de las aves en su interior; o yuyo de flor amarilla), Abrojo (“thisle” en inglés, que proviene de la contracción latina aperi oculos, “abre los ojos,” como advertencia a personas que caminan por paseos peligrosos, o llenos de esta planta).
Poema. Versos y geometrías etimológicas.
Joven-eti de abril
Abril Apolo April:
Siempre divino, lleno de ocio
Siempre soleado, mi poso de abrojo
Abril Aprilis April:
Siempre serenum, el parque de fárfara
Nunca vacío, tu piel y cascara
Apulu Apolo y Sol:
Ni parquedad, ni soledad
Nos destruyan
Solo la letra nos lava
Volcán